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Recursos para análisis sintáctico y contenidos sobre fonética, lingüística y otras materias filológicas
Para determinar desde dónde hasta dónde va cada oración, tenemos que observar primero si las oraciones que estamos examinando son coordinadas, subordinadas o yuxtapuestas. Para ello, te he dejado unas pruebas aquí.
Si has comprobado que las oraciones son coordinadas, lo tienes fácil, porque la estructura es esta:
O1 NEXO O2
Por lo tanto, la primera oración (O1) va desde el comienzo hasta el nexo, que no forma parte de ninguna de las oraciones; mientras que la segunda (O2) va desde después del nexo hasta el final. Pueden coordinarse más oraciones y, entonces, la estructura quedaría así: O1 NEXO O2 NEXO O3 NEXO O4 NEXO O5….
Veamos un ejemplo:
Los lunes juego al baloncesto y los martes tengo clases particulares de matemáticas y los miércoles descanso y los jueves voy a la bibloteca.

La oración no queda demasiado bien, pero es gramaticalmente correcta. Normalmente, esas oraciones serían yuxtapuestas, menos la última, que sí que estaría coordinada con y.
Usemos este mismo ejemplo para mostrar la estructura de las oraciones yuxtapuestas, que es muy similar, ya que va a ser la coma la que nos indique dónde empieza y dónde acaba la oración:

Hasta aquí lo tenemos fácil, pero ¿qué pasa con las subordinadas?
Hay subordinadas que son constituyentes de la oración principal y otras que son periféricas, es decir, que dependen de la oración principal, pero no forman parte de ella.
En esta entrada, te expliqué cuáles son las características que cumple un constituyente (admite las pruebas de Dik, de la reversibilidad, de la construcción hendida y del interrogativo), pero no basta con saber si un elemento es constituyente. Necesitamos más información.
La respuesta a dónde empieza la oración subordinada la tenemos: cuando hay nexo subordinante, la oración subordinada empieza con el nexo, al cual incluye, pero en algunas oraciones no hay nexo, como en las subordinadas sustantivas de infinitivo (Quiero hacer escalada en la montaña más alta del mundo antes de los cuarenta años).
Una prueba que puede funcionar es la de la construcción hendida que he mencionado. Lo primero que te recomiendo es que te dejes guiar por tu intuición y que después compruebes si esa intuición es cierta o no. Imaginemos que nuestra intuición nos dice que, en la oración de arriba, la subordinada es “hacer escalada”. Enfaticemos mediante la construcción hendida.
Es hacer escalada lo que quiero en la montaña más alta del mundo antes de los cuarenta años
No suena demasiado bien, ¿verdad? Probemos con “hacer escalada en la montaña más alta del mundo”: Es hacer escalada en la montaña más alta del mundo lo que quiero antes de los cuarenta años.
Sigue pasando lo mismo. Probemos con todo: Es hacer escalada en la montaña más alta del mundo antes de los cuarenta años lo que quiero.
Esto ya suena mejor. También podemos sustituir la subordinada por otro elemento que tenga la misma función sintáctica. La estructura argumental de “querer” es Alguien [SUJETO] quiere algo [CD]. Deducimos que la oración subordinada en este caso es CD, porque ya hay un sujeto de primera persona del singular que está omitido. Entonces, podemos conmutar la subordinada por el pronombre de CD “lo” o bien por el pronombre demostrativo “esto”:
Hagámoslo suponiendo que la subordinada es hacer escalada:
Lo quiero en la montaña más alta del mundo antes de los cuarenta años
Quiero esto en la montaña más alta del mundo antes de los cuarenta años
El resultado no es agramatical, pero no suena bien. En cambio, si sustituimos la oración entera, ya queda mejor:
Lo quiero
Quiero esto
Y, además, si hacemos la prueba del interrogativo, respondemos con el constituyente:
¿Qué quieres? Hacer escalada en la montaña más alta del mundo antes de los cuarenta años.
Algunas de estas pruebas también se pueden aplicar con subordinadas que tienen nexo. Probemos con esta: Te has mojado porque has caminado bajo la lluvia sin paraguas toda la tarde
La subordinada empieza por el nexo porque. Imaginemos ahora que la subordinada es porque has caminado bajo la lluvia.
Apliquemos la prueba de la construcción hendida: Es porque has caminado bajo la lluvia por lo que te has mojado sin paraguas toda la tarde
Aquí queda aún más claro que la prueba no ha funcionado. En cambio, si se la aplicamos a todo lo que va desde porque hasta el final, el resultado que obtenemos es diferente: Es porque has caminado bajo la lluvia sin paraguas toda la tarde por lo que te has mojado.
En este caso, la prueba de conmutación no sirve, porque las adverbiales impropias (causales, finales, condicionales, concesivas, consecutivas ponderativas y comparativas) no se pueden sustituir por un adverbio.
Lo que te recomiendo es que, antes de analizar, conozcas a fondo los tipos de oraciones coordinadas y subordinadas que existen y cuáles son sus características.
¿Qué pasa con las subordinadas periféricas? Como todo complemento oracional, sea oración o sintagma, no son constituyentes de la oración principal, a la que modifican, pero podemos distinguirlas porque van entre comas (o desde el inicio de la oración hasta una coma) y porque se pueden sustituir por adverbios y locuciones que tienen esa misma función de complemento oracional: lamentablemente, a fin de cuentas, desgraciadamente, desde mi punto de vista, etc. Ten cuidado, porque a veces estos elementos sí que pueden modificar solo al verbo y no a toda la oración. Observa la diferencia:
Sinceramente, no me gusta cómo cocinas -> Complemento oracional (modifica a toda la oración)
María me habló sinceramente -> Complemento circunstancial de modo (modifica solo al verbo)
Además de esto, los complementos oracionales no admiten la prueba de la construcción hendida ni la prueba del interrogativo.
Es sinceramente como no me gusta cómo cocinas -> no funciona porque en esta oración sinceramente es complemento oracional.
Fue sinceramente como María me habló -> aquí sí funciona porque sinceramente modifica a hablar.

Espero que estas pautas te ayuden en tu análisis.
Es un error común entre los alumnos de instituto, ante una prueba de comentario de texto, ponerse a escribir todo lo que les viene a la cabeza. Tratan de escribir lo máximo que pueden en el menor tiempo posible, pero un comentario no sirve para hacer alarde de conocimientos teóricos sobre una obra, autor, género o movimiento literario.
En el examen de Literatura mejor puntuado que tuve en la carrera, en el que hice un comentario del Quijote, no escribí todo lo que sabía, sino que tuve que dejar algunos aspectos fuera.
De lo que se trata es de demostrar que has asimilado la lectura. Un buen profesor sabe si un alumno ha leído el libro en cuestión o si solo conoce la teoría y nada más ha leído el resumen en Wikipedia.
Primer consejo: no te agobies por el tiempo. Lo que importa no es cuánto dices, sino qué y cómo lo dices.
Segundo consejo: lee atentamente el texto las veces que sean necesarias. Normalmente se permite escribir en la hoja de examen, así que subraya y anota lo que necesites.
Tercer consejo: lo que suelo hacer es anotar todas las ideas que me van viniendo, tanto datos teóricos como reflexiones propias sobre la obra (esas reflexiones se hicieron durante la lectura). Una vez estoy segura de que lo tengo todo, lo que hago es el esquema del comentario, es decir, ordeno esas ideas que he anotado. Hacer el esquema es fundamental. Igual que cuando haces una presentación, preparas un guion, para desarrollar tu comentario necesitas saber qué vas a decir y en qué orden.
A continuación, empezarías tu comentario, y el resultado va a depender de tus habilidades lingüísticas: comprensión de la lectura, capacidad de síntesis, expresión… Estas competencias se trabajan a lo largo de la vida. No se pueden conseguir estando dos días estudiando como un loco y perdiendo horas de sueño, lo cual te afecta negativamente. En un comentario de texto no se valora tu memoria. Es importante, porque necesitas recordar algunos datos teóricos, pero no es lo principal.
La conclusión de mis consejos es: dedica tanto tiempo a pensar como a escribir.
Ahora os voy a hacer un breve resumen del libro Cómo se comenta un texto literario, de Lázaro Carreter y Correa Calderón.
Los pasos que proponen para hacer el comentario estos autores son los siguientes:
1. Lectura atenta del texto
2. Localización
3. Determinación del tema
4. Determinación de la estructura
5. Análisis de la forma partiendo del tema
6. La conclusión
1. La lectura atenta del texto consiste en “entender el texto en su cojunto y en todas y cada una de sus partes”. No se trata de interpretar el texto, sino de comprenderlo.
2. El segundo paso que proponen es localizar el texto. Puede tratarse de un texto independiente o de un fragmento de una obra. Si es un fragmento, debemos determinar a qué obra pertenece y situar esta dentro de la obra total del autor. Asimismo, debemos señalar el género y el subgénero literario.
3. Para determinar el tema, tenemos que extraerlo del argumento. El argumento es el resumen del fragmento que estamos comentando. Por ejemplo,
Las bellas manos que cortaban las flores del huerto han desaparecido ya hace años. Hoy sólo vive en la casa un señor y un niño. El niño es chiquito, pero ya anda solo por la casa, por el jardín, por la calle. No se sabe lo que tiene el caballero que habita en esta casa. No cuida del niño; desde que murió la madre, este chico parece abandonado de todos. ¿Quién se acordará de él? El caballero -su padre- va y viene a largas cacerías; pasa temporadas fuera de casa; luego vienen otros señores y se encierran con él en otra estancia, se oyen discusiones furiosas, gritos. El caballero, muchos días, en la mesa regaña violentamente a los criados, da fuertes puñetazos, se exalta. El niño, en un extremo, lejos de él, le mira fijamente, sin hablar.http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/tomas-rueda–0/html/00071fc8-82b2-11df-acc7-002185ce6064_2.html#I_0_
para este pasaje de la novela Tomás Rueda, de Azorín, los autores ofrecen este argumento: “En una casa viven un caballero y su hijo de corta edad, huérfano de madre; el padre no cuida del pequeño; se ausenta mucho de casa y recibe frecuentes visitas. El caballero riñe a menudo con los criados”.
El tema es la intención del autor en ese fragmento y, para encontrarlo, necesitamos una palabra abstracta que sintetice el argumento, rodeada de complementos. Para los autores, esa palabra abstracta sería “soledad”, la soledad del niño. A partir de ahí, elaboran un sintagma: “la radical soledad de un niño de corta edad, abandonado incluso de su padre intemperante con quien vive”. La definición del tema debe ser “clara, breve y exacta”.
4. La determinación de la estructura la obtenemos estableciendo los apartados, los cuales están relacionados entre sí, y en todos ellos aparece el tema, no siempre de manera regular. Si el texto del comentario es un poema, hemos de tener en cuenta que las estrofas no tienen por qué corresponderse con los apartados.
5. El paso más importante del comentario es el análisis de la forma partiendo del tema. El escritor utiliza una serie de recursos formales para desarrollar el tema. Hay una estrecha relación entre forma y tema.
5.1. En primer lugar, analizamos los rasgos formales según van apareciendo.
5.2. Cuando un rasgo formal nos llama la atención, nos preguntamos por qué dice eso el autor y tratamos de justificarlo como una exigencia del tema. Esto lo hacemos en un borrador. No necesitamos comentar todos los elementos del texto, sino solo los relevantes en cuanto a la relación forma-tema.
6. Lo último que nos falta es la conclusión, que está conformada por dos partes:
6.1. Balance de nuestras observaciones: teniendo en cuenta los resultados del análisis, intentamos hacer un resumen de los mismos resaltando su rasgo común. Para ello, debemos releer el comentario fijándonos en las observaciones que tienen un origen o una finalidad comunes.
6.2. Impresión personal: “opinión sincera sobre el fragmento”, humilde y modesta, sin caer en el desconocimiento. Podemos responder a las preguntas: “¿me gusta este texto?” y “¿por qué?”.
Espero que os sirvan estas indicaciones. Os recomiendo echarle un vistazo al libro, pues la información está muy bien explicada y contiene ejemplos que la esclarecen aún más.

Una vez que, a través de las pruebas indicadas en el paso 2, comprobamos que lo que estamos analizando sí es un nexo, necesitamos saber si se trata de un nexo coordinante o subordinante.
¿Por qué es esto importante? Porque, en el caso de que sea coordinante, las dos oraciones unidas por el nexo son independientes entre sí. En cambio, si el nexo es subordinante, la oración subordinada es un constituyente de la oración principal.
PRUEBAS
Tenemos cinco pruebas que nos pueden ayudar, aunque con ciertas limitaciones. Las cuatro primeras sirven para saber si una oración es constituyente de la principal, esto es, si es una subordinada. Los constituyentes cumplen, por lo tanto, las características que vamos a ver.
Para realizar las pruebas, tomamos la siguiente oración: Me apetece salir, pero está granizando
Como hemos comprobado, el resultado de aplicar las pruebas a pero está granizando es agramatical, por lo tanto, no es constituyente de la principal, así que no es subordinada, sino coordinada y pero es un nexo coordinante.

Probemos con esta otra oración: He ido a León para ver a mis padres
Parece que la oración para ver a mis padres sí que es constituyente de la principal y subordinada a esta, y para aquí es un nexo subordinante.

La quinta prueba tiene que ver con el modo del verbo:
5. Prueba del modo:
Estas pruebas no son definitivas, pero nos dan una orientación.
Algunas excepciones son las subordinadas periféricas, que no son constituyentes de la oración principal y no cumplen algunas pruebas, pero son igualmente subordinadas: Como pronosticó el presentador del tiempo, hoy ha llovido mucho
Las oraciones de relativo también pueden no cumplir algunas pruebas, aunque son subordinadas: Teresa me presentó al autor de la novela que estoy leyendo
Espero que estas indicaciones te ayuden a comprobar si el nexo que estás examinando es coordinante o subordinante.
El segundo paso que propongo para analizar una oración es encontrar los nexos. Pero hay elementos que, aunque parezcan nexos, no lo son.
Hay dos pruebas que nos van a ayudar a identificarlos:
¿Cómo hacemos la prueba?
Si estamos analizando Llegué a la hora acordada, sin embargo no te encontré allí:
*A, B nexo = Llegué a la hora acordada, no te encontré allí sin embargo. Si la oración es agramatical, entonces el elemento ES UN NEXO. Como al hacer la prueba, el resultado es gramatical, entonces “sin embargo” NO ES UN NEXO.
Vamos a hacer la prueba con otra oración: Aunque llovía, no se suspendió el partido.
*A, B nexo = *No se suspendió el partido, llovía aunque. El resultado es agramatical, así que esta vez sí que hay un nexo en la oración.
¿Qué tipo de oración es entonces la del primer ejemplo? Se trata de dos oraciones yuxtapuestas.
2. *A y nexo B
La segunda prueba se basa en que dos nexos no pueden ir seguidos. Vamos a aplicarla a los ejemplos anteriores:
Llegué a la hora acordada y sin embargo no te encontré allí -> el resultado es gramatical, por lo que de nuevo comprobamos que “sin embargo” no es un nexo.
*No se suspendió el partido y aunque llovía -> debido a que tanto “y” como “aunque” son nexos y hemos dicho que no pueden ir seguidos, el resultado es agramatical.
Os animo a practicar estas pruebas con vuestras propias oraciones.
¿Cómo los distinguimos?
Ese es un cuadro comprado al galerista (CI) por un empresario (C.Ag.) al que le apasiona el arte.
Un alumno constantemente (CCM) ayudado por sus compañeros (C.Ag.)
Acabada la reunión (sujeto explícito), se fueron todos a casa

Tu hermana es una estudiante apreciada por su inteligencia (sujeto implícito referido a “tu hermana”)

¡Ojo! Considera que me refiero al sujeto de la oración subordinada y no al de la principal.
Enrique es un tipo resuelto: en esta oración “resuelto” es un adjetivo. No hay oración subordinada, así que no puede llevar sujeto porque no funciona como un verbo. Aquí funciona como CN de “tipo”. Sí puede llevar un cuantificador antepuesto, pero no pospuesto: Enrique es un tipo bastante resuelto; *Enrique es un tipo resuelto bastante. Tampoco hay complementos verbales.
El problema, resuelto rápidamente por los alumnos, no era sencillo: aquí “resuelto” es un participio y forma una oración subordinada. Lleva un sujeto implícito que se refiere a “el problema”, lleva un CCM (“rápidamente”) y un C.Ag. (“por los alumnos”). En este contexto no queda bien un cuantificador que vaya con “resuelto” ni antepuesto ni pospuesto.
En los casos de palabras que tienen una forma para el adjetivo y otra para el participio, es fácil distinguirlos: seco / secado; limpio / limpiado.